Acaso no se trate de algo tan importante, ni relevante, ni que cambie la realidad política, ni recusite a los muertos de Air France, pero me provoca una gota de interés.
Antes, otro detalle: ayer veía en tevé el spot de campaña del PRO (en el que hablan en primer plano sus dirigentes cool-sin-apellidos en un montaje paralelo bastante berreta), y me quedó en mente la parte en que
Gabriela Michetti pide que la voten y dice que quiere llegar al Congreso nacional para que Buenos Aires tenga calles más iluminadas. Pregunto: ¿hace falta ir hasta el Congreso para poner luces en las calles? ¿No es más fácil y directo hacerlo desde la Vicejefatura de Gobierno? ¿No son hace dos años los "intendentes" de la Ciudad de Buenos Aires?
Hay otros temas de relevancia, digamos: la Policía propia, la ajena, ese tema ríspido. Pero las luces de las calles.... vamos che.
En el abanico de opciones anti-K que me abro todos los días, me cuesta un arduo trabajo encontrar pliegos a la altura de las circunstancias. Los colores, una vez más, dan pocos matices.
Voy, ahora sí, a la gota de interés... me enteré tarde, creo, pero resulta que la sigla PRO es un humilde
choreo. Parece que en 2000, jóvenes
bien de la Universidad San Andrés formaron una agrupación política que lideró un tal Leandro Popik (funcionario de De la Rúa, dicen) y en 2003 se pusieron de nombre “
Partido para una
República con
Oportunidades", o sea: PRO.
Hubo un acercamiento, le pidieron la sigla, el tal Popik dijo que NO, o que lo iba a pensar pero que mejor no, igual le afanaron la sigla y parece que el tipo todavía tiene los derechos del nombre y en 2008 demandó al PRO de Macri y la causa está manos de la jueza
María Servini de Cubría, la de la censura a Tato Bores, entre otros greatest hits de los noventa.
Interesante.
Aquí,
una nota sobre la cuestión, y aquí
otra más.
Aquí, un
blog-parodia del PRO. "Está bueno el Blog".
.