14/5/09

Grandes Pequeñeces


Apenas abrí el link que Pablo proponía en su mail, pensé en Cortazar, en que él había inventado estas maneras de hablarnos mediante instrucciones (de cuando la suma de ridículo más cándido da estilo en Cortázar).
Más tarde no pensé en algo en particular: simplemente descreí. Todo es posible, dicen, aunque no sea cierto, y en este caso el adagio viene al-pelo.

Instrucciones para balancearse adecuadamente en un columpio.
En otras palabras: cómo usar una hamaca. Qué tal.

Dice el copete tentador: Balancearse en el columpio es una actividad relajante. Para muchos niños es uno de los pasatiempos más divertidos que hay. Aquí tienes los pasos para hacerlo
adecuadamente y sin peligros.

Después son seis los pasos a seguir, desde la verificación fundamental de la hamaca en sí y del suelo, pasando por la importancia de aplicar movimientos leves, hasta el glorioso descenso con salto incluido.
Luego, consejos y ¡advertencias!. Aquí podrían abrirse las aguas de un potencial debate generacional: entre quienes valoran la precaución, el respeto al óxido de una hamaca de plaza argentina y la precisión de una parábola, contra quienes bien considerarían estos análisis e instrucciones como piezas uniformes del rompezabezas del aburrimiento universal.

Aquí, el artículo entero proveniente de wikiHow (hoy son más wikis de los que pensamos).

Claro, algún detractor podrá argumentar que el autor del instructivo olvidó:
1. El origen, uso y desuso de las hamacas paraguayas, mueble común para algunos afortunados, tela colgada al-pedo para pequeños burgueses turistas. Quedará para otro capítulo.
2. Un hito en la larga historia de las hamacas: la tenebrosa hamaca de Firmat que se mueve sola sin que nadie la instruya. Aquí, un artículo con foto y video y algunos mitos, claro.
Tras el descubrimiento, como siempre, pasó de todo, hasta censura y enrejamiento. Y cómo no, alguien hurtó la hamaca en cuestión.

Y aquí, Oh yeah, la hamaca de Firmat.




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